Desde este blog impulsamos la reflexión sobre el verdadero progresismo en Argentina, sobre una nueva izquierda nacional, popular y democrática, compañera de ruta del peronismo. Desde este espacio sostenemos que el Dr. Eduardo Duhalde, representa un pensamiento estratégico que permite diseñar y poner en práctica políticas de Estado que trasciendan la gestión de un sólo gobierno, liberando las potencialidades productivas y mejorando sustancialmente la distribución del ingreso.

jueves, 21 de julio de 2011

AYER EN ELPARTIDO INTRANSIGENTE, HOY CON DUHALDE EN EL FRENTE POPULAR Escribe Arturo Crosetti

          Mi padre fue vicegobernador del Dr. Oscar Alende en 1958, en tiempos de la Unión Cívica Radical Intransigente, cuando el “bisonte” ocupó la gobernación de la Provincia de Bs. As. Toda su vida estuvo asociada a los ideales democráticos y populares del radicalismo histórico, de raigambre yrigoyenista. Desde los años treinta, luchando contra el fraude y el viejo conservadorismo, pasando por las disputas políticas de las décadas del 40 y 50, desde su militancia en el M.I.R. (Movimiento de Intransigencia y Renovación), que integró desde su fundación. Luego contribuyó al consenso con el Dr. Arturo Frondizi para lograr que el peronismo proscrito se expresara. Mis primeros pasos en política los hice en ese ambiente de militancia y lucha.

           El año 1973 expuso un alza significativa del nuestro movimiento ya denominado Partido Intransigente, el cual conformó, junto a otras agrupaciones políticas, la Alianza Popular Revolucionaria y que encabezó el Dr. Alende, junto a Horacio Sueldo del Partido Revolucionario Cristiano. En 1983, el Partido Intransigente se constituyó en la estructura política, mediante la cual miles y miles de jóvenes se incorporaron a la militancia política, constituyéndolo en la tercera fuerza política del país.

            Milité en el Partido Intransigente y acompañé al Dr. Alende por distintos lugares de la geografía patria. Nuestro Partido, en el fragor de la lucha, fue acercándose al peronismo y, en 1989, integramos el entonces Frente Justicialista de Unidad Popular, junto al FIP, el MID y a la democracia cristiana, entre otras fuerzas.

            El Dr. Oscar Alende, que siempre cultivó una amistad con el Dr. Duhalde –y a quien éste considera su maestro en la política- fue tejiendo acuerdos con quien accedió a la gobernación de la Provincia de Bs. As y, en 1991, con un sector importante del Partido Intransigente, nos incorporamos como funcionarios y legisladores a su Frente Justicialista Federal.

            Ocupe distintos cargos legislativos y también ejecutivos en el período 1989-2003 y hoy estoy firmemente trabajando en el Movimiento Productivo Argentino y en pro de la candidatura del Dr. Eduardo Duhalde y del Dr. Mario Das Neves para las próximas internas y para las elecciones de octubre de éste año.

            Estamos articulando una CORRIENTE DE LA IZQUIERDA NACIONAL Y POPULAR (CINAPO), porque los que provenimos del auténtico progresismo hemos encontrado en la UNION POPULAR, que lleva como candidato al Dr. Duhalde, la posibilidad de seguir expresando nuestra postura nacional, popular, democrática y transformadora.

            Convoco a las compañeras y compañeros que se sientan identificados con los lineamientos que damos a conocer en este blog a entrar en contacto con nosotros  y a incorporarse a la participación activa.

domingo, 10 de julio de 2011

LA IZQUIERDA NACIONAL Y JORGE ABELARDO RAMOS. Escribe Mario César Elgue

Milité en el Partido Socialista de la Izquierda Nacional (PSIN) desde el 70, luego en el FIP y en el Movimiento Patriótico de Liberación (MPL); estuve con el querido Jorge Abelardo Ramos hasta su muerte. La última Convención, en 1994, antes de su fallecimiento, decidió que nos incorporáramos al peronismo.
Así lo hicimos la mayoría de la militancia de la Izquierda Nacional, aunque sucedió luego algo que podía suponerse. Ante la muerte de un líder tan fuerte como Ramos, se produjo una diáspora: algunos adhirieron a Carlos Menem hasta el final (sin comprender que Ramos nunca se había hecho "menemista" ni "neoliberal" sino que acompañó al líder peronista en la medida que los trabajadores y el pueblo lo apoyaban mayoritariamente); otros con Eduardo Duhalde -que había tenido la valentía de señalar, a partir de 1996-97, que el "modelo" de Menem se había agotado, que había que salir ordenadamente de la convertibilidad, construir una nueva "alianza" con el trabajo y la producción nacional y renegociar en condiciones dignas la pesada deuda externa-; otros, con líderes provinciales del justicialismo. Una parte de los compañeros apostaron activamente a la campaña a Presidente de Adolfo Rodríguez Saa y, parte de ellos, se encuadraron luego en el kirchnerismo.
Otros se refugiaron y/o congelaron en posturas testimoniales, intentando conservar la "pureza" ideológica, en un mundo global que ya era otro y en el cual también eran otros los actores políticos y socioeconómicos. Y en el cual, esa "ideología", se iba transformando, paradójicamente, en "conservadora", sin ningún tipo de asidero con esa realidad emergente que, en algún sentido, aparecía como inesperada. "Conservadora", al estilo de la vieja "ultraizquierda" verborrágica, todavía sobreviviente, que aún no registró que cayó el Muro en 1989 y las revisiones que por ello deben realizarse. Conservadores como la vieja dirigencia de la URSS que vio implosionar su colectivismo burocrático cuando ya era tarde para reposicionarse. 
El propio Colorado había advertido en sus últimos textos y discursos la necesidad de acentuar lo nacional, que dejaba de ser un adjetivo de la palabra "izquierda" para ser un sustantivo. Por ello, en la última etapa la Izquierda Nacional más orgánica se denominó Movimiento Patriótico de Liberación (MPL).
En otras palabras, no se trata de resignarse ni de bajar las banderas mas esenciales sino de comprender que la clase trabajadora y los sectores populares más empobrecidos ya no son el único "agente universal" del cambio revolucionario y que, incluso, en nuestro país muchos trabajadores "en negro" y movimientos sociales de desocupados no forman parte, generalmente, de las reivindicaciones del sindicalismo organizado. Como así también, tener presente que el proceso de concentración ha llevado también a una extrajerización empresaria, que requiere apoyar la recomposición de un empresariado nacional que cumpla con su rol innovador y generador de riqueza y de empleos genuinos.
Tampoco podemos ser "conservadores" en repetir lo que decíamos en la década del 70 con relación al campo: hay una nueva y dinámica burguesía chacarera en el campo, muy productiva, en muchos casos más que la industria de origen no agropecuario, que merece una nueva mirada. Hay infinidad de jóvenes hijos de productores que han motorizado una "revolución verde" en la que tallan nuevas tecnologías (como la siembra directa) y logísticas informáticas, que no tiene nada que ver con el ausentismo rentista que caracterizaba a la vieja oligarquía. El kirchnerismo se equivocó de medio a medio en el conflicto con el campo. Y ese fue el principio de su fin. Porque si bien es cierto que subsisten grupos oligárquicos, hoy son de menor número e influencia. Esos chacareros innovadores ha ido conformando una nueva burguesía nacional que, incluso, se involucró con sus opiniones y participación activa en las políticas del país y de sus comunidades de origen.
Se han producido cambios muy sustanciales en la composición de las clases dominantes que deben tenerse en cuenta. A su vez, no es menor el espacio que aquí debe atribuirse a un cooperativismo y a un mutualismo que expresan un nuevo tipo de emprendedores y empresarios nacionales y democráticos, anclados territorialmente y comprometidos con el desarrollo local y regional.
Aunque, lo antes expuesto no significa que -a partir de las críticas a la nostalgia setentista- nos "pasemos de largo" hacia anacrónicas posturas liberales -privatistas y desreguladoras a ultranza- que reivindican aún hoy in totum lo del 90. Que no logran discernir que, luego de la ola liberal del 90, abarcativa de toda la región, en este tiempo -crisis del capitalismo liberal mediante- se ha posicionado otra ola latinoamericanista que tiene mucho que ver con las tesis centrales de una izquierda nacional aggionarda: el nacionalismo popular, la democracia participativa, la inclusión y la equidad social y el respeto a la división de poderes y al efectivo control republicano de los actos de gobierno; en suma, un auténtico progresismo que tenga en cuenta la globalización "realmente existente" pero que procure otra inserción digna, inteligente y previsible con el resto del mundo.
Hay que advertir que, con el fracaso del llamado "socialismo" soviético (aunque desde la IN siempre lo criticamos y no lo consideramos un genuino socialismo) en el imaginario obrero y popular (y para la gente en general) se terminaron las "revoluciones", al menos como las concebimos en la década del 70. En países como el nuestro, aún semicoloniales, en esta era de la globalización, se coloca en primer plano la "contradicción principal", la nacional, en tanto y en cuanto aun no hemos logrado desarrollar en plenitud nuestro propio capitalismo autocentrado (como diría el egipcio Samir Amin).
En nuestro país, por un lado se ubica (a veces en forma confusa y con permanentes pases de un lado a otro, de unos y otros) el Frente Nacional, democrático y popular (que, en nuestro país es, mayoritariamente, el peronismo como movimiento -que es, en si mismo, un Frente Nacional-, con todas sus alas, no sólo con la porción de izquierda nacional sino también con un "centro" y una derecha nacionales, que se propone centralmente liberar las potencialidades productivas, el hambre cero, la mejora sustancial de la distribución del ingreso y en consensuar políticas de Estado; al que se agregan otros partidos y sectores de raigambre popular factibles de integrar a un Frente) y, por el otro, el Frente Liberal, "democratista" y conservador, también con su ala "izquierda" (donde se ubica a izquierda liberal, incluido gran parte del kirchnerismo transversal), el centro y la derecha que aún conservan posturas anti-peronistas.
Además de cierto capitalismo concentrado, mas rentista que productivo, también acechan los remanentes del viejo izquierdismo liberal y del montonerismo que aún no entendió porque Perón los echo de la Plaza e, incluso, que no registran la relevancia de la convocatoria del último Peròn a la Unidad Nacional y a la convivencia democrática. 
Y ellos -los ex "montos" en el gobierno- que ahora cambiaron las armas por hacer negocios espurios (para llegar al "poder" de esa forma, con fortuna propia y con capitalistas "amigos"), como algunos de los ex Frepaso/Alianza que integran el elenco gubernamental, también son un serio escollo para una apropiada continuidad de la transformación inconclusa de nuestra Patria; transformación que sea capaz de lograr un desarrollo integrado, con seguridad ciudadana, justicia e inclusión social, equilibrio territorial y por un MERCOSUR y una Unidad Suramericana de Naciones (UNASUR) revitalizadas.
Como gustaba decir el Colorado: hoy sufrimos más por falta de capitalismo (nacional, soberano, con una más justa distribución del ingreso) que por el capitalismo, abstractamente considerado.

Hay que tener cuidado de no ser funcionales al capitalismo rentista, usurero, mas concentrado, extranjerizante y salvaje que combatimos, enarbolando banderas de "gobiernos obreros y populares", "socialistas" o "revolucionarias" abstractas que responden a otro tiempo y a otro espacio. Por ahí, sin darnos cuenta, le hacemos el juego a los peores intereses, enemigos de la patria, de los trabajadores y del pueblo y de los empresarios nacionales, comprometidos con el país y con las economías regionales

miércoles, 6 de julio de 2011

LA IZQUIERDA NACIONAL Y POPULAR APOYA A DUHALDE PRESIDENTE

La Corriente de la Izquierda Nacional y Popular (CINAPO) de la UNIÓN POPULAR convoca a la ciudadanía de todo el pais a integrarse a sus filas para para apoyar la fòrmula DUHALDE- DAS NEVES.


El auténtico progresismo pasa hoy por delinear e instrumentar políticas de Estado que liberen las potencialidades productivas de la patria y que apuntalen una justa distribución del ingreso, erradicando la corrupción instalada en los despachos oficiales. Es preciso parar una inflación que constituye una permanente generadora de nuevos pobres  y garantizar un efectivo federalismo, que ponga coto a la extorsión del poder central. De esta manera, renacerán las economías regionales y daremos un salto del crecimiento hacia el desarrollo integrado, con empleos decentes y con inclusion social.